- ¿Sabes que Maripuri después de selectividad se ha apuntado a un curso de
latín?
- ¡Qué dices! ¿Y por qué no estudia mejor inglés?
Esta conversación entre dos amigas que, con la mejor de sus intenciones,
comentaban los planes de verano de Maripuri (a quien en este post he decidido
llamar así para conservar su anonimato), muestra la influencia que puede llegar
a tener en nosotros, sin apenas darnos cuenta, la sociedad mercantilista en la
que vivimos.
Vermeer, Mujer leyendo una carta (detalle). 1663-1664. Amsterdam |
En los últimos años he visto, con algo de pena, como niños de 3 y 4 años
entraban una hora antes al colegio (teniendo que levantarse algunos a las 6 a .m.) para atender clases de
chino. Sus padres, con toda su buena intención puesto que quieren lo
mejor para ellos, pensaban que de este modo en un todavía lejano futuro, su
carrera profesional se vería beneficiada si lograban dominar el chino con
fluidez. No hay duda de que los idiomas que se aprenden de niño se afianzan con
mas facilidad, pero ¿es necesario llegar al punto de quitarle al niño horas de
sueño o de juego? ¿Qué les estamos enseñando? La vida ya es suficientemente
compleja como para estar planificándosela a nuestros hijos desde la guardería.
Esta visión del mundo se ha reflejado también en la universidad. Las
carreras de Humanidades están cada vez menos consideradas, y muchas de ellas
han desaparecido con la implantación del "Plan Bolonia". En varias
ocasiones me he visto metida en discusiones con personas que consideran las
Humanidades como algo inútil, estudios de segunda categoría, un mero
entretenimiento que no alcanza nunca a tener la importancia de la ciencia; la Madre Ciencia.
Por propia experiencia, se que cuando alguien se matricula en un carrera de
Humanidades inmediatamente pasa a ser contemplado de tres formas por la mayor
parte de la sociedad: bien como un vago que no consiguió suficiente nota media
en selectividad como para matricularse en Medicina o Derecho y ADE, como un
friki, o como un muerto de hambre en potencia que en un futuro atenderá la caja
de un supermercado porque no encontró trabajo de lo suyo. Y no exagero. La
pregunta más frecuente que la gente me hacía después de decir que estudiaba
historia del arte era: " ¿Pero eso tiene salidas? O bien comentaban:
"¡Qué bonito! ¡Yo quiero estudiarlo cuando me jubile!" (se ve que
antes no tiene sentido hacerlo).
Desde hace varios años, profesores de universidad de las ramas de
Humanidades han alzado la voz para avisar de las consecuencias que puede tener
suprimir o relegar su enseñanza a un segundo plano, tanto en el colegio como en
la universidad. Todos ellos coinciden en que el estudio de las Humanidades es
imprescindible no sólo para el correcto conocimiento y uso de la lengua (es
lamentable la forma que tienen de expresarse hoy día muchos licenciados e
incluso profesores de universidad), sino también para saber razonar, despertar
la sensibilidad artística y formarse en el pensamiento crítico.
Es imprescindible que las Ciencias y las Humanidades caminen de la mano. Como
afirma Erns H. Gombrich: "esperar que podamos mantener nuestra ciencia y
tecnología avanzando mientras condenamos las humanidades a la asfixia es peor
que una ingenuidad".
Voy a proponer un nuevo titulo para la serie de cuentos de Teo, para que
los niños aprendan desde pequeños no solo a hablar chino sino también que las
humanidades son igual o más importantes que las ciencias.
Volviendo al comienzo, Maripuri, quiero decirte que estoy contigo. Me
parece admirable que dediques tu verano a estudiar latín en vez de tirarte en
la piscina a conseguir el moreno de tu vida. Aprendamos, como ella, a reconocer
el valor de lo inútil.
Almudena Ruiz del
Árbol
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