martes, 1 de octubre de 2013

LOS BAÑALES. Porque no todos los yacimientos son iguales...

Acueducto de Los Bañales
Han pasado ya cuatro años desde que por vez primera, pude descubrir realmente la maravilla de la arqueología.
Todo empezó cuando en una clase de Historia de España Prerromana, nuestra profesora, la doctora María del Mar Gabaldón, invitó a una especialista en el estudio de mármoles, que por aquel entonces, también trabajaba en las excavaciones de la Villa romana de Carranque: la doctora Virginia García Entero. La clase magistral fue muy enriquecedora, pero sobre todo, avivó en mi el interés por participar en alguna campaña arqueológica y poder, de esta manera, "tocar" y "experimentar" más de cerca la antigüedad.

Al no poder participar, concretamente, en los trabajos de Carranque, -por no admitir a estudiantes en dicho momento-, ambas doctoras me sugirieron que lo intentara en una excavación en un yacimiento romano situado en la Comarca de las Cinco Villas, entre los pueblos de Uncastillo y Sádaba, cuyos trabajos habían sido retomados recientemente bajo la dirección del Doctor Javier Andreu: Los Bañales.

En seguida me puse en contacto a través de la web de la UNED de Tudela, y rellené la solicitud de participación y petición de becas, para poder acceder a esa oportunidad que se me presentaba en mi vida.

La respuesta no se demoró, y a la semana, estaba admitida. Sin embargo, lo que más me impresionó fue la rapidez, eficacia y amabilidad con la que el director de la excavación, -un excelente profesional, amante de la historia y la arqueología, y quien hoy ante todo, es un gran amigo-, se dirigió y me orientó en los mails que intercambiamos en relación a la información y material necesario para la excavación.

Una vez allí, las dos semanas que estuve excavando trascurrieron literalmente "volando", y es que cuando se disfruta no sólo en el plano académico, sino y principalmente en el plano humano, con cada una de las personas con las que pasas horas y horas bajo el sol, no es extraño que la experiencia me dejara con la "miel en los labios" para querer volver.

Y así ha sido. Este invierno pasado, concretamente en febrero, pude participar en las prospecciones que se realizaron en el entorno de la ciudad, aún sin nombre oficial descubierto, de Los Bañales. Si bien el entorno fue diferente, sí puedo decir que de nuevo la experiencia enriquecedora del trabajo en equipo, tanto con  los directores científicos y técnicos, como con cada uno de los estudiantes que participamos, fue realmente maravillosa.

Campaña de Prospecciones

Entusiasmada con las dos experiencias vividas, de nuevo solicité plaza para la campaña de excavaciones de este verano, siéndome concedida otra vez. Este verano, los trabajos se centraron principalmente en el área del foro de la ciudad, y no como en la vez primera, en la que también se desarrollaron en una zona doméstica, próxima a las termas, ya excavadas y puestas en valor.

Termas 
Zona doméstica










De este modo, comenzamos a trabajar con grandes expectativas, ya que en la campaña del verano de 2012, fueron halladas numerosas inscripciones in situ, que reforzaban la creencia de que la ciudad de Los Bañales tuvo que ostentar un papel determinante o al menos relevante, en el mundo antiguo de la península, y especialmente en el ámbito romano próximo a Caesar Augusta.

Restos escultóricos hallados en la excavación de 2013.
Y los resultados no se hicieron esperar: desde el cierre del muro del foro pasando por los fabulosos restos escultóricos de gran tamaño en mármol hallados en el horno que apareció en 2012, hasta una ingente cantidad de material cerámico, que sigue arrojando luz, al misterio de Los Bañales, un yacimiento con un futuro brillante y un pasado aún por descubrir, pero cuyos destellos empiezan a mostrarse miles de años después.

Hallazgo escultórico
Vista aérea del yacimiento en 2012










Y este, es sin duda, el encanto de la Arqueología y de la Historia Antigua, dos disciplinas científico académicas, que lejos de verse parceladas en sus trabajos, han de colaborar unidas en pro de la recuperación de un pasado del cual somos herederos, y del cual aún tenemos mucho que aprender.

Mi experiencia en Los Bañales no se reduce, no obstante, a un mero recuerdo y crecimiento en los conocimientos aprendidos a lo largo de la carrera.
Si fuera así, no estaría mal, pero no se correspondería con al realidad.


Ha sido en Los Bañales, con cada una de las personas que se han implicado e implican en el proyecto, donde he aprendido verdaderos valores, y donde cada una de las personas con las que he trabajado, me han enseñado de un modo u otro, que la verdadera riqueza de estas disciplinas se encuentra, en el trabajo, el esfuerzo y la ilusión con la que salen adelante proyectos como este.



















Proyectos en los que el aprendizaje y la enseñanza no son meramente académicos-que también-, sino que son principalmente humanos, en los que no falta la alegría y el buen humor, que son capaces de vencer al cansancio físico que, todo sea dicho, no falta.





Así, creciendo y desarrollando dichos valores, es posible y lo será, ser capaces de conocer cada vez más y mejor, al hombre del pasado y su historia, y en el que nos descubriremos también a nosotros mismos. 




¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!

Cristina Muñoz-Delgado de Mata


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