jueves, 26 de septiembre de 2013

Autobiografías

Desde siempre me ha gustado leer todo tipo de libros sin importarme mucho de qué clase: históricos, fantásticos, románticos, policíacos… pero últimamente estoy desarrollando un especial interés por las autobiografías. Las encuentro mucho más auténticas: ¿quién mejor que el propio protagonista para relatar su vida?, ¿quién mejor va a saber qué sintió ante cada acontecimiento o qué motivos le llevaron a actuar de la forma que lo hizo?
Soy consciente de que, bajo la apariencia de una confesión sincera, pueden estar presentando la cara de la realidad que más le interesa al autor, ocultándonos lo que no quiere que sepamos, enmascarando los hechos bajo una falsa franqueza.

Pero, aún así, opino que las autobiografías tienen un elemento que las hace muy valiosas: la propia selección de recuerdos son un retrato del protagonista, resaltando aquello que ha quedado grabado en su memoria; aquello que, de algún modo, le determinó en el proceso de convertirse en la persona que es. Lo expresa muy bien Agatha Christie en su autobiografía: “creo que las propias memorias representan los momentos que, por insignificantes que parezcan, descubren con verismo nuestra interioridad”.

Todos hemos experimentado este tipo de “memoria selectiva” en algún momento: recuerdos de infancia que se quedaron grabados en nuestra mente y que en cambio nuestros hermanos o compañeros de colegio han olvidado por completo. Cada uno experimentamos la realidad de un modo único y personal.

Por este motivo pienso que las autobiografías, aún a riesgo de estar tergiversadas, tienen un valor especial a la hora de adentrarnos en la vida de una persona. Por muchos estudios que se realicen, por mucho que se indague en el pasado, nadie conoce mejor su historia que uno mismo.

Una vez dicho esto, me gustaría recomendaros las dos últimas autobiografías que he leído:

AGATHA CHRISTIE. Autobiografía.
Agatha Christie vivió una época de transición entre los últimos coletazos de la “educación victoriana” y la nueva sociedad, en la que priman valores muy diferentes, y que se comienza a surgir ya a comienzos del siglo XX.
La escritora tuvo una vida apasionante, llena de viajes al extranjero y marcada por las dos Guerras Mundiales. El libro presenta un discurso muy ameno, no se limita a un relato lineal sino que salta en el tiempo según le interesa en cada momento.
Christie dedica una gran parte de su relato a su infancia y a concreto a la casa donde nació y vivió hasta el día que se casó, Ashfield. Resulta además muy interesante conocer cómo comenzó su carrera como escritora.

Tras cuatro ediciones, actualmente se encuentra descatalogada, aunque aún se pueden encontrar ejemplares en las bibliotecas públicas.

FRANK CAPRA. El nombre antes del título.
Siempre había admirado sus películas (Arsénico por compasión, Sucedió una noche, ¡Qué bello es vivir! son algunas de mis favoritas) pero después de leer su libro no solo me gustaron más aún sino que incluí a Frank Capra en mi Galería de la Fama.

De familia italiana, Frank Capra llegó siendo niño a Estados Unidos y desde el primer momento aprendió a luchar por lo que quería. Su familia no tenía dinero para pagarle los estudios, así que desde pequeño compaginó distintos trabajos para pagarse los estudios hasta llegar a licenciarse como ingeniero.

El relato es muy ameno, lleno de anécdotas, que siguen su recorrido desde sus comienzos en la industria del cine, pasando por el rodaje de sus películas y su vida familiar.


Almudena Ruiz del Árbol

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