lunes, 7 de diciembre de 2015

La condesa de Chinchón, Goya

Goya, La condesa de Chinchón, 1800. Museo Nacional del Prado
Nos encontramos ante el maravilloso retrato de María Teresa de Borbón y Vallabriga, XV condesa de Chinchón y marquesa de Boadilla del Monte. Hija del infante don Luis Antonio de Borbón, hermano de Carlos III quien, por disposición real, prohibió a su hermano vivir en la Corte y a sus hijos emplear el apellido Borbón, negándoles además los derechos sucesorios al trono.

Al suceder Carlos IV a su padre, quiso reunir de nuevo a la familia y concertó el matrimonio de María Teresa, de entonces 16 años de edad, con Manuel Godoy (que aparece retratado en uno de los anillos que la joven lleva en el cuadro). Esta boda resultaba ventajosa para ambas partes: por un lado, Godoy ascendía socialmente al casarse con una Infanta de España, y, por otro, se permitía a la familia de María Teresa volver a la Corte y recuperar tanto el apellido Borbón como el reconocimiento de sus títulos nobiliarios.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Venus y Adonis, Tiziano

Tiziano, Venus y Adonis, 1554. Museo Nacional del Prado
Esta obra forma parte de un conjunto de obras, conocidas como las Poesías, encargadas por Felipe II a Tiziano y que decoraron las estancias privadas del monarca en el Alcázar de Madrid. El encargo consistía en la realización de un conjunto de pinturas de temática mitológica basadas en las Metamorfosis de Ovidio.

lunes, 23 de noviembre de 2015

El Descendimiento, Rogier van der Weyden

Rogier van der Weyden, El Descendimiento, antes de 1443. Museo Nacional del Prado
La pintura, como su título indica, representa el descendimiento del cuerpo muerto de Cristo de la cruz. Esta obra tiene mucho en común con otras pinturas que representan la misma escena: aparecen los mismos personajes y se traslada el cuerpo de Jesús envuelto en una sábana blanca como muestra de respeto y de su condición divina. Sin embargo, van der Weyden quiere mostrar no sólo la muerte de Cristo en la cruz, sino también la Compassio Mariae, el sufrimiento padecido por la Virgen al presenciar la muerte de su hijo.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Obras Maestras del Museo del Prado

‘‘Nunca tendré la osadía de afirmar que realmente vi el Hermitage. Estuve en todas sus salas, eso es todo ’’(Stefan Zweig)
No pretendo ser menos que Stefan Zweig, así que no afirmaré que conozco el Museo del Prado, sólo que he estado en todas sus salas... varias veces. Pero como al final de lo que resulta más fácil hablar es de lo que se tiene más a mano, he pensado en dedicar una serie de posts a una selección de 10 Obras Maestras del Museo del Prado.

No ha sido fácil realizar esta selección: hay tanto donde elegir y de tan buena calidad que sabe mal escoger a unos para dejar a otros fuera, así que pido disculpas por todas aquellas obras que no han entrado en esta selección.

Bienvenidos al Museo del Prado



Almudena Ruiz del Árbol Moro

martes, 28 de julio de 2015

Dejarse tocar por el arte

Hoy he quedado a merendar con Anita (una de las coautoras de Sala 12 desde sus inicios) y después de un buen rato de conversación hemos acabado hablando del blog. Por un comentario suyo, me he dado cuenta de que lo que escribí en El segurata del museo, puede ser malinterpretado por no haber sabido expresar bien lo que quería decir.

En ningún momento he querido hacer un juicio de valor sobre una u otra profesión. Lo que quise expresar en esa entrada se puede resumir en 5 palabras: "Dejarse tocar por el arte".

Sé que aquella fue una entrada más personal de lo que acostumbro a escribir y esta vuelve a pecar de lo mismo, pero es algo de lo que quiero hablar.

Como historiadora del arte, con mucha frecuencia me veo en situaciones en las que, de una forma más o menos forzada, me convierto en una guía de arte: la gente te pide que le des datos, fechas, términos artísticos, biografías, explicaciones, análisis hasta el detalle... No voy a quejarme: me encanta hacer visitas y durante un tiempo viví exclusivamente de ello (y de hecho en ocasiones lo hago de forma gratuita en mi tiempo libre). Pero muchas veces echo de menos tener un poco de "intimidad", un tiempo de enfrentarme personalmente a la obra y dialogar con ella, sin textos, sin explicaciones, sin datos ni biografías. Sólo la obra y yo.

Admiro y aliento que la gente procure conocer mas sobre la historia y arte, es más, lo considero fundamental. Pero también creo que, para desarrollar un gusto auténtico por el arte, se debe dedicar tiempo a la contemplación.

Lo que quise expresar en aquella entrada fue mi alegría al encontrarme a alguien que se había dejado tocar por el arte. Y para eso no le hicieron falta ni libros, ni audioguías, ni historiadores: sólo se puso delante de un cuadro y se dejó tocar.


Almudena Ruiz del Árbol Moro

sábado, 13 de junio de 2015

Si Velázquez fuera fotógrafo: Pierre Gonnord

Hace poco he descubierto al fotógrafo francés Pierre Gonnord. Asentado en España desde 1988, dedica la mayor parte de su obra al género del retrato. De él se dice que es el fotógrafo "que dispara como pintaba Velázquez".

Pierre Gonnord, Friedrich, 2011 y Velázquez, Menipo, hacia 1638

domingo, 3 de mayo de 2015

El segurata del museo

Me considero una persona afortunada: trabajo en un museo -el mejor de todos en mi humilde opinión- y tengo la enorme suerte de poder contemplar grandes obras de arte a diario, así como de conocer a los expertos que, día a día, escriben la historia del arte.

He asistido a muchas conferencias, y de todas ellas me gustan especialmente las que tratan temas de restauración. Quizá sea por la pasión con la que hablan los restauradores: después de muchos meses trabajando con la obra terminan empapados de su arte y la hacen suya, llegando a hablar de ella con un sentimiento casi maternal, con el orgullo de haberla visto crecer desde la ruina en la que la encontraron.

Para mi sorpresa, el otro día conocí a alguien que me habló del arte con una pasión que no esperaba de una persona de su profesión: un hombre del personal de seguridad del museo. Sin tener formación artística de ningún tipo -de hecho hace apenas un año que trabaja allí- habló sobre el arte con pasión, con mucha más pasión que la que a veces se puede encontrar en muchos historiadores.


sábado, 28 de marzo de 2015

Quién pudiera ser un Medici

Hace cosa de un mes, mientras repasaba antes de uno de mis exámenes del máster, escuché en radio clásica la entrevista a una violonchelista. No recuerdo su nombre, pero se me quedó grabada una parte de la conversación en la que comentaba que había podido adquirir un violonchelo antiguo de gran calidad gracias a la ayuda de un matrimonio extranjero que, después de escucharla en un concierto, se habían ofrecido a ser sus mecenas, apoyándola económicamente en todo lo que hiciera falta para su carrera.

Me quedé sorprendida y a la vez impresionada: me encanta que exista todavía por el mundo gente que, al puro estilo renacentista de la familia Medici, apuesta por los músicos y artistas de hoy en día, convirtiéndose en verdaderos mecenas de las artes. Esta chica, española por cierto y jovencísima, que ya figura como una de las grandes figuras de la música, podrá llegar a lo más alto gracias, a parte de su talento y su trabajo, a este matrimonio que decidió apostar por ella.

Rafael. Lorenzo de Medici. 1516-1519

sábado, 3 de enero de 2015

Ni eran reyes ni eran tres

Y Baltasar tampoco era negro.

La iconografía de los Reyes Magos, que desde hace varios siglos se encuentra muy definida, es un ejemplo de la riqueza de la iconografía cristiana. Su representación en el arte ha evolucionado muchísimo a lo largo de los siglos y, para tratarse de unos personajes secundarios que apenas aparecen mencionados en los evangelios, tienen una gran carga simbólica dentro de las escenas dedicadas a la Navidad.

El sueño de los Reyes Magos, Capitel de Saint-Lazare, Autun, Francia. Siglo XII